Mi infancia y juventud han estado ligadas al constante acoso escolar; a una familia rota por la adicción; y a la lucha y superación de una tartamudez que apareció de forma repentina en mi adolescencia y que incluso en ocasiones me recuerda que vino para no irse del todo. Éstas han sido realidades que he tenido que vivir, digerir y aceptar.
Así, una mañana al despertar, cansada de esa angustia crónica que me perseguía durante años, decidí romper con todo y mudarme a Reino Unido para emprender allí un nuevo comienzo, tanto a nivel profesional como a nivel personal.
El esfuerzo por sobrevivir a otro lenguaje en mi entorno laboral, cultura y modo de vida me reportaban una gran satisfacción personal y un crecimiento interior importante.
Los primeros años viví aferrada a esta idea, al esfuerzo y al… ¿por qué no decirlo?… sufrimiento que éste me generaba. Sin embargo, me preguntaba:
¿Qué ocurre con mi presente? ¿Estoy disfrutando de mi trabajo y mi realidad diaria? ¿Puede que viva en base a la creencia de que en algún momento llegarán días mejores?
Un día me di cuenta: sentía que mi vida avanzaba, pero en la dirección equivocada.
Es por ello que tras mucho meditarlo, decidí apostar por mi felicidad presente, tomando un camino que iba a cambiar mi realidad drásticamente: trasladarme a Barcelona para tratar de encontrarme.
Me mudé a Barcelona y entrando en contacto con el Coaching Emocional y acompañamiento al paciente terminal pude experimentar cómo yo y mi realidad se iban transformando.
Hoy puedo decir que: mi vida no es perfecta. Tengo días malos como todo el mundo, y no siempre me siento cómoda con mis circunstancias, pero aprender a enfrentarlas desde otro prisma me ha cambiado a mí y a mi mundo, ofreciéndome la fortaleza y la habilidad necesaria para acompañarte en esta momento de tu vida.
Mis valores son lo más valioso que tengo, aquello que me define y lo que me impulsa a seguir trabajando tanto en el ámbito personal como profesional, siempre con determinación, esperanza e ilusión.
Vivo en coherencia con ellos, y aunque esto supone tener que decir que NO a algunas cosas, me permite respirar paz, satisfacción, y armonía conmigo misma y con la vida
Un total de 6 años de formación en acompañamiento integral en formato presencial y con carácter vivencial, lo cual me ha permitido trabajarme a mi misma en profundidad para poder acompañarte desde un conocimiento bien integrado y la experimentación previa del camino que tu mismo transitarás con mi ayuda y mi método.